sábado, 26 de febrero de 2011

LAS MURALLAS DE LA VIDA

Por Sandra Valle:
En China existe una gran muralla esa muralla la hicieron los antiguos chinos para protegerse del enemigo pues desde ahí podían ver por donde venia el enemigo,en esa muralla había centinelas que cuidaban día y noche los dos lados de la muralla así que cuando venia el enemigo daban aviso y el ejercito se alistaba para la batalla,esta era tan fuerte ya que los soldados tenían que cuidar que el enemigo no subiera a la muralla, porque ellos sabian que si lo lograban serian derrotados, en  nuestra vida diaria nos encontramos con varias murallas: ODIO, AMARGURA, RENCOR, FALTA DE  PERDÓN, DESAMOR, DESLEALTAD, INFIDELIDAD, ENTREGA INCOMPLETA A DIOS , y mucha mas.
Zaqueo era un hombre que vivia sin conocer a Jesus (Lucas 19:1-10) y era el jefe de  los que cobran impuestos para Roma, asi que no era una persona amada por el pueblo sino mas bien era rechazado,no con eso no era guapo ,ni tenia buen porte,dice la biblia que era de baja  estatura,pero habia algo que marco la diferencia entre Zaqueo y los demas ,el ya habia oido hablar de Jesus,pero eso no lo lleno el queria conocerlo pero la gran muralla humana no se lo permitia,asi que hizo algo sorprendente se subio a un arbol por donde sabia que Jesús había de pasar,me imagino que Zaqueo fue motivo de burlas cuando la gente lo vio  subir ya que el era un jefe,y no nada mas por eso sino tambien por su estatura, pero a Zaqueo no le importo el tenia un proposito y lo queria llevar a cabo "el conocer a Jesús", y lo logro pero no solo eso la biblia nos dice ( Lc 19:5-6 ) que Jesus volteo a ver a Zaqueo y le hablo para decirle que tenia que quedarse en su casa, ya me imagino a Zaqueo casi desmayandose porque recibio mas de lo que esperaba, el maestro iria a su casa, la gente se amontono, no lo podian creer el gran Maestro iria a casa de un pecador ¡que horror!, pero a Jesús no le importo si Zaqueo no era guapo, alto, delgado, Jesús  lo AMABA, y paso todavia algo más sorprendente para la  multitud Zaqueo dijo unas  palabras que tal vez nunca creyeron que podrían escuchar (Lc 19:8 )   devolvio todo lo que habia robado a las personas y lo devolvió cuatro veces mas, Jesús contesto que a esa casa habia llegado la salvacion porque El habia venido a buscar y salvar lo que se habia perdido (  Lc 19:9-10 ) cuantas murallas hay en tu vida que estan deteniendo a que el plan de Dios se lleve a cabo en tu vida, en tu familia, as sido rechazado, criticado, se han burlado de ti, te han herido, te sientes menos, cuantas excusas has puesto para no entregarte  completamente a Dios, todo lo que pongas, cualquier excusa viene porque como tu te veas y te valores, y eso lleva a murallas grandes en tu corazón, de resentimiento , amargura, y la lista es larga, le podras echar la culpa a cuanta gente tu quieras que porque no te dieron amor de niña(o), que tu sufres mas que los demás, que nadie ha vivido lo que tu has sufrido, déjame decirte Zaqueo se arriesgo a que esas murallas no lo detuvieran, ni la misma gente lo detuvo el quería conocer a Jesús y lo logro y obtuvo una gran recompenza, llamo la atencion de Jesus y lo llevo a su casa y se  produjo un gran cambio en la vida de Zaqueo, atrévete a desafiarte a ti mismo y  a las circunstancias, reconoce que solo te la has pasado llorando y lamentándote por cosas pasadas y sin sentido hoy es tu día donde tu tienes que decir: ya basta, hoy traigo a Jesús a mi casa, alabalo , adoralo en medio de esa situacion que estas viviendo Jesus es la solución tienes que empezar a creerle a El, perdona a quien tengas que perdonar y suelta, rompe toda amargura, ya te has perdido por mucho tiempo grandes victorias, y grandes momentos en la presencia del Señor, rompe esas murallas que te han impedido avanzar, no pierdas mas tiempo hazlo hoy, ya no le eches la culpa a Dios por lo que te pasa, recuerda que solo eres tu quien ha estado tomando  decisiones sin  consultar a Dios, ya no te lamentes mas, nunca olvides que Dios te ama, El esta esperando que tu vengas a su presencia a darte ese abrazo que tu tanto deseas, escuchar esas palabras que necesitas, hazlo ya, ven a la presencia de Dios.

martes, 22 de febrero de 2011

VIDAS PRIVADAS

Por Dante Gebel:
...Tuve una lucha espiritual intensa. Obviamente, Dios debió haber estado ocupado en alguna gran cruzada con Billy Graham, llegó tarde a la reunión y es por eso que no conoce demasiado a esta gente. Yo sí estuve todo el servicio. Estos australianos viven un avivamiento. Quieren que alguien les hable acerca de lo que viene por delante, de ministerios, de dones. Ellos ya están perdonados, son algo más que ovejas, son líderes de primera línea.
«Háblales de que mi gracia es abundante para ellos», insistió.
Y fue entonces cuando ocurrió. No lo hubiese hecho, de no ser porque sabía que Dios estaba detrás del asunto.

«Quiero que los que tienen una intensa lucha con un estúpido hábito oculto, lo confiesen esta noche», dije, «me refiero a ese "gigante" que te abofetea en la intimidad. Nadie lo sospecha, ni siquiera lo sabe tu esposa, tus padres, ni tu mejor amigo, pero estás consciente de que ese "hábito" escondido está arruinando tu unción».
El silencio en el edificio era demoledor.
Lee el Articulo completo da CLIC >> AQUÍ <<

lunes, 21 de febrero de 2011

LAS MENTIRAS 7/7

Volviendo a confiar

La sanidad de heridas mentales y espirituales no sucede de la noche a la mañana. Volver a tener confianza es algo que cuesta. El mentiroso debe asumir responsabilidad y debe darse cuenta de que tiene ganarse la confianza. Y nosotros debemos hacer lo que muchos mentirosos no pueden hacer:
Volver a la totalidad del ser a la luz de la verdad. Admitamos nuestro pecado. Si hemos sido deshonestos, disculparnos no es suficiente. Debemos dar la vuelta y caminar en dirección opuesta (Proverbios 4:24, 25, 26, 27). Luego, hay que aceptar la gracia de Dios y lo que el dice sobre nosotros (Salmos 139). Perdonar a otros no significa justificar su comportamiento. Significa que renunciamos a nuestro derecho a vengarnos. Dios siempre nos llama —a nosotros y a quien nos lastimó— a que volvamos a Él (Jeremías 3:22).
Restaurar nuestra propia integridad. Dejemos de recriminarnos porque confiamos en un mentiroso. La honestidad, el amor y la confianza son los mejores regalos que le podemos dar a otra persona. Estas cualidades del carácter nos hacen lo que somos en nuestro interior. Son cualidades que siguen el modelo de lo que le agrada a Dios (Colosenses 3:1, 5, 9). A medida que vivimos de acuerdo a los principios que sabemos que son verdad, recordemos: en territorio donde hay lobos, las palomas inocentes necesitan la astucia de serpientes (Mateo 10:16).
Aprender de experiencias pasadas con el engaño. No todas las historias que escuchamos suenan como historias ciertas. No todas las personas leen el mismo libro de reglas y principios ni siguen la guía de nuestros principios éticos, morales y espirituales. Observemos los pasos de la gente, hacia donde se dirigen y no sólo lo que dicen. Notemos el mensaje detrás de las palabras. Seamos conscientes de las respuestas típicas de la gente cuando se la confronta con mentiras que han dicho. Pidamos al Espíritu Santo que nos guíe a toda verdad (Juan 14:15).
No podemos escapar de la realidad de que vivimos en un mundo de engaño. No podemos hacer que otros dejen de mentir. Pero si podemos convertirnos en personas que buscan la verdad y tienen discernimiento en cuanto en quién confiar y cuánto confiar. Podemos comenzar reconociendo cómo algunos distorsionan nuestra realidad y nos apartan de nuestra búsqueda de la verdad. Más importante aún, podemos comenzar nosotros mismos a hablar la verdad.

domingo, 20 de febrero de 2011

LAS MENTIRAS 6/7

DIFERENTES TIPOS DE MENTIRAS

Las mentiras vienen en muchas formas, desde las falsedades intencionales hasta las mentiras piadosas que muchos sienten causan muy poco daño. Las mentiras pueden ser:
Mentiras piadosas
Admitámoslo. Cuando suena el teléfono en casa o en el trabajo, quien no ha susurrado: «Diles no estoy». Le escribimos a la tía Sara diciendo que nos gustó mucho el regalo de cumpleaños porque no queremos herir sus sentimientos, pero luego devolvemos el regalo al negocio donde lo compró. Disfrazamos nuestros sentimientos diciendo: «Estoy bien», cuando en realidad nos sentimos muy mal. Cuando minimizamos nuestro peso o exageramos la asistencia en la iglesia, estamos haciendo que la línea entre la verdad y una mentira sea muy borrosa. Decimos que estas mentiras son inocuas y las llamamos mentiras piadosas.
Mentiras más serias
El peligro de mentir es que cuanto más un mentiroso se sale con la suya, tanto más y mejor miente. Cuando distrae nuestra atención de la cuestión principal y dice: «Estás haciendo de una pulga un elefante o Estás haciendo una tormenta en un vaso de agua. Olvidémonos de lo que paso», en realidad aprende a dejar de lado su propia responsabilidad. Nos hemos apartado de la cuestión central y nos preguntamos si somos nosotros los que tenemos problemas. El mentiroso ha evadido la cuestión. La mentira inocua crece y se convierte en otra mentira más nociva. Con el tiempo, mentir se vuelve un estilo de vida.
Mentiras patológicas
Los mentirosos habituales y compulsivos disfrutan la idea de que otros se unan a su juego. Ensimismados en la idea de ganar a cualquier precio, se vuelven adictos a su propio engaño. Estos mentirosos son encantadores y convincentes y usan toda su habilidad para agradar a los demás y para que los demás confíen en ellos. Pero que alguien nos agrade no equivale a que confiemos en esa persona y no podemos pasar por alto el hecho de que los mentirosos son confabuladores y no sienten remordimientos por lo que han hecho, ni se conduelen porque nos han herido. Los expertos dicen que estos mentirosos son los de la peor mentira: mentirse a sí mismos y distorsionar su propia realidad. Algunos mentirosos patológicos confiesan: «Las peores mentiras son las que me digo a mí mismo».
Recordemos que NO hay mentiras chiquitas ni grandes TODAS son mentiras, La Biblia nos advierte de los mentirosos: Pro 12:22, Jer 23:32, Apo 21:8

sábado, 19 de febrero de 2011

LAS MENTIRAS 5/7

Las mentiras corroen la confianza
Los mentirosos cuando cuentan con nuestra confianza. En primer lugar, triunfan al seducir nuestra confianza y luego al violar esa confianza. Después, asumen control penetrando en nuestra realidad y nos imponen la realidad de ellos. Nos dicen que lo que vemos, creemos, oímos y sentimos es falso. Y porque queremos creer, dejamos en suspenso nuestra incredulidad y creemos, una vez más.
Las mentiras nos apartan de nuestra búsqueda de la verdad y desintegran nuestra integridad. El engaño es como una violación física pero invisible. En vez de ser un ataque físico, las mentiras atacan la mente y hacen impacto en el espíritu. En vez de perder la virginidad, uno pierde la inocencia. Uno ya nunca vuelve a ver al mentiroso como solía verlo. Si el mentiroso es alguien ante quien hemos desnudado nuestro cuerpo o nuestra alma, por ejemplo una relación marital, el dolor nos llega a inmovilizar. Uno comienza a dudar de uno mismo y comienza a cuestionarse en cuanto a los conceptos aprendidos sobre amar y confiar.
«Una mentira exitosa es una mentira doble; un error que debe corregirse es una carga más pesada que la verdad» 

viernes, 18 de febrero de 2011

LAS MENTIRAS 4/7

Por qué creemos las mentiras
Si estuviéramos dentro de un campamento de prisioneros enemigo, sabríamos que la mayoría de lo que oímos o vimos en el mejor de los casos era propaganda, y en el peor de los casos era una mentira. Pero en un mundo de engaño, donde la gente da vuelta palabras para su propia ventaja, rara vez cuestionamos la veracidad o investigamos fuentes de información. Cuando estamos delante de alguien que conocemos, y de quien sospechamos está mintiendo, a menudo nos quedamos sin habla. ¿Por qué?
La credulidad extrema y la vulnerabilidad personal asustan. No podemos creer que seamos capaces de ser inducidos a creer algo que no es cierto o que confiamos en una persona que no merecía nuestra confianza. No queremos admitir que nos pueden manipular.
Nos resulta vergonzoso y doloroso confrontar nuestro potencial para la exageración y/o la maldad. La verdad revela nuestros propios secretos: mentiras que hemos dicho, las cosas que hemos hecho y las personas a quienes hemos herido. Para contemplar nuestro lado oscuro necesitamos una sinceridad despiadada, y más aún para admitirlo. La verdad que libera también lastima.
Negar lo que ocurre parece más fácil. Nos agrada la otra persona y queremos creer lo que está diciendo. Queremos volver a nuestro trabajo, a nuestra familia, a nuestra vida. Nos tapamos con la frazada de la negación, y nos auto convencemos de que la persona mentirosa está haciendo lo suyo para solucionar su problema y que nosotros estamos obedeciendo el mandato bíblico al amar y confiar una vez más.
Nos han enseñado a confiar. Enseñamos a nuestros hijos que es importante confiar. La confianza es el mejor regalo que un cónyuge le puede hacer al otro. En realidad, la confianza es algo crítico en toda relación, sea entre amigos, empleado / empleador, el presidente de un país y su pueblo, padre / hijo, marido / mujer. Cuando alguien no dice la verdad y lo descubrimos, la relación se desintegra.

jueves, 17 de febrero de 2011

FALSO

Algunas historias verídicas sobre engaño y falsedad pueden sonar más extrañas que la ficción. Según una noticia de Associated Press, una mujer en Georgia fue arrestada después de tratar de pagar una compra de más de 1.500 dólares con un billete falso de un millón. Cuando la indagaron, la clienta, avergonzada, declaró que su ex esposo, un coleccionista de monedas, la había engañado dándole el dinero falso.
El valor del billete hace que nos preguntemos si, de veras, se puede llegar a engañar a alguien hasta el punto de hacerle pensar que es verdadero. De todos modos, quizá esta sea una buena ilustración del casi increíble problema de autoengaño del cual nos advierte el profeta. Cuando dijo: «Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?»(Jeremías17:9), expresaba un sentimiento de asombro que va más allá de nuestra capacidad de comprensión. Aquí no está diciendo que a algunos de nosotros nos resulta difícil ser honestos con nosotros mismos, sino que todos experimentamos lo mismo.
Felizmente, Dios escudriña nuestro corazón y entiende lo que nosotros no podemos ver (v. 10). Él nos da todo el fundamento para que digamos: «Señor, necesito que me ayudes. Por favor, muéstranos si estamos siendo honestos con nosotros mismos y contigo. Si no es así, ayúdanos a cambiar y a fiarnos de ti y no de nosotros».

LAS MENTIRAS 3/7


Por qué mentimos
La mentira es uno de los pecados que parece más serio cuando es otro el que miente. A nadie le agrada admitir que mintió. Sea que nos abstengamos de decir la verdad o que digamos una media verdad, a veces mentimos. Nuestras razones incluyen lo siguiente:
  • ·         Mentimos para preservar nuestro sentido de dignidad.
  • ·         Queremos parecer mejores de lo que somos porque queremos agradar a los demás.
  • ·         Exageramos las circunstancias para inflar nuestros egos o para esconder nuestra vergüenza, temor y desilusiones.
  • ·         Tal vez sea demasiado vergonzoso o doloroso confrontar la verdad sobre otros o sobre nosotros mismos.
  • ·         Mentimos para evitar que nos descubran.
  • ·         Al decir medias verdades intentamos que nuestro cónyuge o nuestros padres no descubran una vida secreta, una aventura amorosa, gastos excesivos o drogadicción.
  • ·         Mentimos para obtener un beneficio financiero. Millares de personas pierden dinero como consecuencia de fraudes. 

miércoles, 16 de febrero de 2011

LAS MENTIRAS 2/7

Vivimos en un mundo de engaños. Las mentiras tienen influencia en la historia y persuaden a la gente. Algunos son campeones en cuanto a decirnos lo que queremos oír y lo que ellos quieren que creamos.
Por ejemplo, en 1906 el Dr. Frederick A. Cook se hizo famoso al escalar el Monte McKinley, el pico más alto en América del Norte y tomar una fotografía en la cima. El descubrimiento de una fotografía original y sin recortes entre las pertenencias de Cook, muestra que Cook en realidad estaba en una falsa cumbre 5000 metros más abajo. Eso prueba definitivamente, por medio de la cámara de Cook, que él estaba mintiendo.
La mentira está cobrando aceptación como una filosofía de vida. De acuerdo a Michael Josephson, presidente del Josephson Institute of Ethics, estamos mintiendo más. Él explica que la falta de sinceridad es un agujero cada vez más grande en nuestro ozono moral. Esta filosofa de vida la están recibiendo nuestros hijos. Como resultado, ellos también mienten más.
Un estudio reciente muestra que el número de estudiantes de la secundaria que mienten a sus padres aumentó a 92% en 1998, de haber sido 85% en 1986. Josephson advierte que aún no hemos sentido el impacto de lo que el estudio enseña. Pronto esta generación pasará a ocupar cargos de liderazgo, empezará la actividad laboral, entrará al mundo político y al sistema educacional, y se convertirán en madres y padres.
Van a ser policías, auditores bancarios, legisladores y mecánicos, dice. Si llevan al lugar de trabajo las mismas actitudes que se revelaron en el estudio, imagínense el estrago.

martes, 15 de febrero de 2011

LAS MENTIRAS 1/7

Por: Karina West
Karina West es escritora y conferencista y vive en California. Tomado de la revista Plain Truth (La Pura Verdad), usado con permiso.
Si usted ha sido engañado por alguien en quien confiaba, sabe bien que las mentiras pueden socavar la credibilidad, puede desintegrar relaciones y corroer la confianza. Las mentiras nos quitan la inocencia, nos humillan y nos deshonran. Nos preguntamos si la persona que nos mintió alguna vez nos ha dicho la verdad.
De modo que, ¿por qué decimos mentiras y por qué las creemos? ¿Es posible tener más discernimiento para saber en quién confiar y cuánto confiar, sin sospechar demasiado de la gente?
Todos mienten, ¿o no?
«El aspecto central de la mentira es que queremos ser como Dios, con el simple habla creó el universo», dice un estudioso. «De manera que al hablar creamos el mundo que queremos ver».
Los estudios muestran que algunas personas mienten tan a menudo como comen, tres o cuatro mentirillas por día. Sea que las llamemos mentiras piadosas, declaraciones falsas, reservas mentales o evasivas, exageraciones o hipérboles, cuando lo que decimos no es la verdad, es una mentira. La palabra griega para hablar de verdad es aletheia, que significa no escondido. Mentir es esconder la verdad. Mentimos porque sinceramente creemos que es lo mejor que podemos hacer para nuestro beneficio en ese momento.
Las mentiras son parte de la vida. Satanás, el padre de mentiras (Juan 8:44) en el Edén plantó las semillas del engaño. Diciendo una mentira escondida en una verdad, confundió a Eva sobre la única restricción que había puesto Dios para la vida en el Edén (Génesis 3:2,3,4,5). Seducida por el deseo de ser tan sabia como Dios, Eva actuó de acuerdo a lo que sabía no era cierto.
Abraham le dijo una media verdad al rey Abimelec, afirmando que Sara, su esposa, era en realidad su hermana (Génesis 20:2). David ocultó su aventura amorosa con Betsabé y mató al esposo de la mujer (2 Samuel 11). Pedro negó que conocía a Jesús (Juan 18:25). Ananías mintió sobre la cantidad de dinero que había recibido por la venta de su propiedad (Hechos 5:1,2,3,4).

lunes, 14 de febrero de 2011

IMPOSIBLE

¿Alguna vez trataste de pescar sin anzuelo? ¿De manejar tu auto sin gasolina? ¿De sacar una A sin asistir a clases? ¿De actuar perfectamente en tu primera cita de amor? ¿De jugar Monopolio en 15 minutos? ¿De correr un kilómetro y medio en 3minutos? ¿De pasar la noche en vela sin estar cansado al otro día? Estoy hablando de hacer algo casi  imposible, de intentar algo que sencillamente no se puede hacer.
Si en algo te pareces a mí, probablemente hayas intentado lo imposible en el ámbito espiritual. Me refiero a esos momentos en que hemos tratado de vivir la vida cristiana en nuestra propia fortaleza. Por ejemplo, cuando hemos intentado testificar a alguien sin pedir al Espíritu Santo que nos ayude; cuando hemos tratado de «sentirnos más cerca» de Dios por nuestros propios esfuerzos y no buscando la comunión del Espíritu para que nos guíe; cuando hemos leído la Biblia como si fuera un libro de texto y no la carta inspirada por Dios que es.
Jesús advirtió a los creyentes de Jerusalén que no intentaran lo imposible. Poco tiempo antes de ascender al cielo, dejando a sus seguidores solos por primera vez, les dijo que no quería que fueran a ninguna parte en su nombre hasta que Él les enviara ayuda. Ellos no debían empezar a proclamar el evangelio hasta que el Espíritu Santo descendiera para darles poder. ¡Imagínate el lío que hubieran armado si lo hubieran intentado solos!
Si te fijas en todo lo que el Espíritu Santo hace por nosotros verás por qué los discípulos tenían que esperar:
• Da vida (Juan 6:63; 2 Corintios 3:6).
• Nos guía a toda la verdad (Juan 16:13).
• Nos ayuda en nuestra debilidad (Romanos 8:26).
• Produce fruto en nuestras vidas (Gálatas 5:22,23).
¡Y mucho más!
No es de extrañar que Jesús dijera a sus seguidores en Jerusalén que no se movieran hasta que el Espíritu Santo viniera. Cualquier otra cosa hubiera sido intentar lo imposible.
Antes de hacer ningún movimiento espiritual hoy, pídele al Espíritu que te ayude. Él está ahí mismo contigo ya, de modo que ¿Por qué no lo dejas obrar? 

sábado, 12 de febrero de 2011

DOCUMENTO DE PRUEBA


Todos los años vienen a este mundo 40 millones de personas sin prueba formal de su existencia. La mayoría de ellas son de países en desarrollo donde muchas personas no se registran oficialmente cuando nacen. Pero el solo hecho de que no tengan un certificado de nacimiento no significa que no estén vivos. Sólo significa que no pueden presentar un documento oficial que lo pruebe.
¿Cuándo fue la última vez que alguien te retó para que probaras que eres cristiano? «Te estás engañando a ti mismo al decir que sabes que Dios está en tu vida (podría decir un escéptico), No hay ninguna forma de estar absolutamente seguro.» A veces la exigencia de una prueba viene de otro creyente que afirma que a menos que puedas señalar el momento y el lugar donde aceptaste a Cristo como Salvador, en realidad no has «nacido de nuevo». Pero el apóstol Juan dio al asunto la perspectiva correcta cuando dijo que la creencia y la conducta son dos caras de la misma moneda, y que ambas testifican de nuestra fe en Jesucristo.
Una cara: «Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo.» La otra cara: Y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado» (1 Juan3:23).
Cuando te vengan dudas sobre tu relación con Dios, pondera estas palabras de Juan: «Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, porque amamos a los hermanos» (3:14). «En esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él» (3:20). «Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado» (3:24).
La próxima vez que alguien te desafíe a probar que eres cristiano, ¿por qué no sonríes y le dices: «No lo puedo probar.»? Luego dedícate a demostrarlo a la manera de Juan. Cuando amamos a los demás con el amor de Cristo, los que reciben ese amor raramente exigen una prueba de nuestra existencia.

jueves, 10 de febrero de 2011

¿SON LO MISMO TODAS LAS RELIGIONES?


A veces se oye decir que todas las religiones sirven, con tal que sean practicadas concienzudamente. La doctrina a la cual usted se adhiere, el conjunto de prácticas religiosas que puede seguir escrupulosamente o una vida irreprochable a los ojos de sus semejantes no pueden salvarle. Ninguna religión humana puede abrirnos la puerta del cielo.

       La Biblia nos cuenta que un joven tenía cualidades morales excepcionales y una vida exterior sin reproche. No había hecho mal a nadie. Había guardado los mandamientos de Dios desde su juventud. Sin embargo, este joven, preocupado por la salvación de su alma, exclamó: “¿Que haré para heredar la vida eterna?”. Usted se habrá dado cuenta de que hablamos del joven rico mencionado en el evangelio de Marcos (10:17,18,19,20,21,22,23,24,25,26,27), quien detenido por sus riquezas, rehusó seguir a Jesús y se fue muy triste.

       Lo que todos necesitamos no son leyes morales, ni una religión, sino una Persona: Cristo Jesús, quien “vino al mundo para salvar a los pecadores” (1 Timoteo 1:15). “En ningún otro hay salvación” (Hechos 4:12). No busque en otra parte; si lo hace, usted también seguirá “triste” por la vida presente, y lejos de Dios por la eternidad. Sea consciente de que el cristianismo es ante todo un solo Salvador.

miércoles, 9 de febrero de 2011

EN EL OTRO LADO

Alguien le dijo a un amigo mío que tenia planes de entrar a Estados Unidos: «Nos vemos dentro de un año»; y sonó raro cuando él contestó: «Sí, nos vemos del otro lado». Quería decir que lo vería del otro lado de la frontera de los Estados Unidos. Sin embargo, como la frase suele usarse en relación al cielo, me hizo pensar en la incertidumbre de la vida. Me pregunté: ¿Quién estará aquí dentro de un año? ¿Quién se encontrará para ese entonces del otro lado, en el cielo?
Sin duda, no sabemos qué deparará el próximo año ni la hora siguiente. En su epístola, Santiago escribió sobre esta incertidumbre. Reprendió a los comerciantes codiciosos por jactarse de lo que harían ese día, al día siguiente o, incluso, el próximo año (4:13). El pecado no era que hicieran planes, sino que se olvidaran de Dios y que, con arrogancia, alardearan sobre esos proyectos de negocios.
Santiago les recordó: «Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece» (v. 14). Un predicador comentaba que Santiago estaba señalando la insensatez de ellos y, en esencia, diciendo: «Oigan, ustedes que hacen planes. Ni siquiera se dan cuenta del poco control que tienen de la vida».
Ningún área de la vida está fuera del control divino. Así que, cuando hagamos planes, debemos recordar que «si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello» (v. 15).
Escribe tus planes con lápiz y deja que Dios tenga el borrador.

viernes, 4 de febrero de 2011

DESPACIO QUE VOY DE PRISA

Si hubiera un concurso para determinar cuál es la virtud más popular, sospecho que «rápido» derrotaría a «mejor». Muchas partes del mundo parecen estar obsesionadas con la velocidad. Sin embargo, la locura de lo «rápido» nos está conduciendo rápidamente a ninguna parte.
«Ha llegado la hora de poner un freno a nuestra obsesión de hacer todo con más rapidez», dice Carl Honoré en su libro Elogio de la lentitud. «La velocidad no es siempre la mejor política».
Según la Biblia, tiene razón. Pedro advirtió que, en los últimos días, la gente dudaría de Dios porque parece lento («retarda») en cumplir Su promesa de regresar. No obstante, también señaló que Su aparente lentitud es algo bueno. En realidad, el Señor está demostrando Su paciencia al dar más tiempo para que la gente se arrepienta (2 Pedro 3:9), y también al ser coherente con Su carácter, que es paciente o tardo para la ira (Éxodo 34:6).
Nosotros también debemos ser lentos para enojarnos y para hablar (Santiago 1:19). Según Santiago, la «prontitud» está reservada para nuestros oídos. Se supone que debemos ser rápidos para escuchar. Piensa cuántos problemas podríamos evitarnos si aprendiéramos a escuchar (escuchar en serio, no sólo parar de hablar) antes de decir algo.
En nuestro apuro por alcanzar las metas y cumplir con los plazos, acordémonos de acelerar los oídos y desacelerar el carácter y la lengua.

jueves, 3 de febrero de 2011

LOS VALORES

En un viaje de negocios, vi un cartel con un anuncio sobre un seminario para Empresarios. El mensaje era interesante: «El valor del líder es directamente proporcional a sus valores». La veracidad de esa afirmación es sorprendente. Lo que valoramos moldea nuestro carácter y, a la larga, definirá cómo será nuestro liderazgo o si podremos realmente ejercerlo. Sin embargo, esto no se aplica sólo a los líderes empresariales.
Para el seguidor de Cristo, los valores son aún más importantes. Cuando Pablo les escribió a los creyentes de Colosas, dijo: «Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra» (Colosenses 2:3). La idea es que sólo cuando permitamos que nuestros valores sean motivados y moldeados por lo eterno (no lo temporal), seremos embajadores eficaces de Cristo en el mundo. Si comprendemos que somos peregrinos en este mundo, no turistas, podremos mantener una perspectiva clara y un corazón sin distracciones, y serviremos al Señor de manera más eficiente.
Se ha dicho que vivimos en un mundo que sabe el precio de todo, pero el valor de nada. No obstante, en esta sociedad del «aquí y ahora», los seguidores de Cristo somos llamados a desarrollar nuestros valores en función de lo que dura para siempre. Dicho de otro modo: La eficacia de un creyente es directamente proporcional a sus valores.
Aferrémonos  a lo eterno, no a lo temporal

martes, 1 de febrero de 2011

DESFRAGMENTA TU VIDA

De vez en cuando, mi laptop (computador) funciona muy lento. El uso frecuente de ciertos programas y documentos hace que segmentos de información se dispersen, lo que requiere que la máquina deba buscar dichas piezas antes de poder usarlas. Para arreglar el problema, tengo que usar un programa que recupera esos segmentos y los agrupa en un sitio donde puede accederse a ellos con facilidad. Este proceso se llama «desfragmentación».
Al igual que mi ordenador, mi vida también se fragmenta. Una situación perturba mis emociones mientras trato de concentrarme en otra cosa. Me bombardean exigencias de todas partes. Quiero llevar a cabo todo lo que hay que hacer, pero mi mente no para y mi cuerpo no arranca, una vieja lesión en mi cintura me inmoviliza . Al rato, me siento agotado e inservible.
El rey David también atravesó momentos similares (Salmo 55:2). En oración, presentaba sus necesidades a Dios por la mañana, por la tarde y por la noche, confiado en que sería oído (v. 17).
La oración puede ayudar a desfragmentar nuestra vida. Cuando echamos nuestras preocupaciones sobre el Señor, nos muestra aquello que nosotros debemos hacer y lo que únicamente Él puede llevar a cabo.
Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará… —Salmo 55:22