sábado, 18 de mayo de 2013

INJUSTICIAS DE LA VIDA?


¿Alguna vez sentiste que la vida es injusta?
 Para los que estamos comprometidos a hacer la voluntad de Dios y seguir Sus caminos, es fácil frustrarse al ver que a las personas que no tienen interés en Él, aparentemente les va bien en la vida. Grandes Empresas con utilidades billonarias,les descuentan miles de millones en impuestos, algunos engañan y, sin embargo consigue un importante contrato, y el muchacho que se pasa todo el tiempo de fiesta es robusto y saludable. Mientras tanto, tú o un ser querido lucha con las finanzas o con problemas de salud. Esto nos hace sentir desengañados, como si no sirviéramos para nada.
Si alguna vez te sentiste así, no eres el único. El escritor del Salmo 73 desarrolla una extensa

martes, 14 de mayo de 2013

ERES UN CAMPEÓN


A causa de un accidente en motocicleta mi pie derecho fue lastimado y buscando en la web información de los pies leí sobre un deporte que supera mi imaginación; no puedo entender cómo puede ser que alguien lo practique. Se llama «Toe Wrestling» (lucha libre del dedo del pie). Cada año, gente de todo el mundo se reúne en Inglaterra para las competiciones mundiales. Los participantes se sientan en el suelo, uno frente al otro, y después sujetan el dedo gordo del pie de uno al del otro. El objetivo es voltear el pie del contrario de manera similar a como lo hacen los que compiten en vencidas con los brazos. Es un deporte extraño.
En cierta manera, esta competencia inusual honra una parte del cuerpo que es bastante

jueves, 9 de mayo de 2013

¿ES NECESARIA UNA ZARZA ARDIENTE?

«Señor, ¿qué me espera? ¿Qué debo hacer con mi vida? ¿Querrías hablarme de una vez, por favor? DIOS, ¿QUÉ PASA?»
Las preguntas que hace poco le hice al Señor parecían fuertes, penetrantes y sinceras hasta que me dí cuenta de que probablemente yo era la billonésima persona que se las hacía.
A todos nos gusta pensar que somos «el alguien» en el programa de Dios. Creemos que si Dios nos diera una palabra audible, alguna respuesta inequívoca, de repente parecería más lógico.
Es por eso que en el corazón de todo cristiano hay oculto el deseo de descubrir una zarza ardiente o recibir una visión celestial. Pero también oculta y mucho más profunda en nuestra alma está la comprensión de que no somos Moisés, David y seguro que tampoco Pablo.
Al luchar con los estudios, el trabajo secular y las relaciones interpersonales olvidamos que la visión más importante ya se nos ha dado. A veces nos enrollamos tanto pidiéndole a Dios que nos dé una señal, que olvidamos que ya nos dio un Libro para guiarnos. Y cuando