miércoles, 2 de noviembre de 2011


Feliz cumpleaños a mí, feliz cumpleaños a mí, feliz cumpleaños querido… feliz cumpleaños a mi
Después de tararear la «canción de cumpleaños» por segunda vez, cerré el grifo del agua . Se ha dicho que cantar esta canción dos veces mientras uno se lava las manos (aproximadamente 30 segundos) es una buena manera de quitar todas las bacterias. Pero el efecto no dura. Hay que repetir este proceso cada vez que se contaminan.
En el Antiguo Testamento, el pueblo de Dios ofrecía sacrificios una y otra vez para cubrir sus pecados, pero la sangre de los animales no podía «quitar los pecados» de manera definitiva (Hebreos 10:11). ¡Sólo la sangre preciosa de Cristo podía hacerlo!

Los sacrificios de animales ya no hacen falta porque el sacrificio de Jesús…
• fue una vez y para siempre: a diferencia de los sacrificios de animales que se ofrecían «continuamente cada año» (vv. 1, 2, 3,10).
• Nos limpia completamente de toda culpa y pecado: no como la sangre de los animales que era un recordatorio de la condenación por el pecado, y de que nunca podía quitarlos (vv. 11).
«Porque con una sola ofrenda [Cristo] hizo perfectos para siempre a los santificados» (v. 14). Sólo por medio de Jesús podemos ser declarados limpios por completo.

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