Es asombroso que la gente siga creyendo todavía. Las
afirmaciones de los anunciantes (sin dejar de mencionar las de los políticos)
son puro cuento. Lo que dicen podría tener algo de verdad, pero lo que se dice
a voces en los anuncios de TV o en las botellas y las cajas es tan exagerado,
que todo el mundo sabe que es un invento. Los consumidores no escuchan los
anuncios y apenas prestan atención a los empaques. Ya lo han escuchado todo y
no creen nada.
Una mañana leí estas afirmaciones en mi frasco de shampoo:
«humectante» (claro, estás usando H2O), fórmula botánica avanzada (¿botánica? ¿Avanzada
de qué?), emolientes naturales (¿cómo?) y puras aguas glaciales suizas (¿acaso
Suiza tiene glaciales?) para producir «un cabello simplemente asombroso y
hermoso» (igual que lo que dicen hacer todos los demás shampoos).
Luego escuche a los candidatos políticos prometiendo
terminar con la violencia, combatir el narcotráfico (perdón ¿sin violencia?