jueves, 21 de junio de 2012

¿SOÑANDO CON SER HÉROE?


¿Te preguntas a veces para qué naciste? ¿Tienes curiosidad por saber qué gran logro tiene Dios guardado para ti que justifique tu existencia? Puede que no seas la persona que descubra la cura para el cáncer ni que elabore un método para hacer la tarea durmiendo. Tal vez nunca rescates a un bebé de un edificio en llamas ni saques a una persona de un auto chocado segundos antes de que explote. Y nunca tendrás la oportunidad que tuvo la reina Ester.
Mardoqueo, el primo de Ester, le dijo que ella podía ser la que ayudara a salvar las vidas de sus compatriotas judíos que habían estado exiliados en Persia. Pero no tenía que hacerlo sola. Dios ayudó a Ester a triunfar. Sus compatriotas judíos salvaron la vida y los que querían destruirlos fueron asesinados (Ester 7:10; 9:1-17).
Seguro que Ester se sintió bien consigo misma cuando terminó su misión. ¿Y nosotros, los que soñamos solamente con ser héroes? Tenemos que ver las cosas desde la perspectiva
correcta. Los héroes por lo general son personas ordinarias que se destacan por casualidad por una acción sensacional. Aparte de esos pocos segundos o minutos de heroísmo, viven normalmente.
Si estás buscando maneras de ser un héroe, piensa en esto: tienes muchas oportunidades de hacer cosas que son heroicas a los ojos de Dios, aunque lo que hagamos no salga en las noticias de la noche.
Puedes decir una palabra alentadora a alguien que esté sufriendo de desesperación. Puedes testificar a tus compañeros de clases que están perdidos en su pecado y llevarlos a Cristo, lo cual los rescatará de la separación eterna de Dios. Puedes ayudar a una amiga a evitar un trágico error e impedir que haga algo de lo cual se arrepienta después.
Todos nacemos para ser héroes, tal vez no a los ojos del mundo, pero sí a los ojos de Dios. Y un día, Él nos recompensará por nuestras obras abnegadas. 

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