¿Tienes problemas para escoger el regalo perfecto para alguien? Una amiga compartió conmigo algunas sugerencias:
• El regalo de escuchar. Sin interrumpir, sin planificar nuestra respuesta. Tan sólo escuchar.
• El regalo del afecto. Ser generoso con abrazos, besos y palmaditas en la espalda, siempre que sea de la forma apropiada.
• El regalo de la risa. Compartir historias graciosas y chistes. Tu regalo dirá: «Me encanta reírme contigo».
• El regalo de una nota escrita. Expresar nuestro aprecio o afecto por medio de una breve nota escrita a mano.
• El regalo de un cumplido. Decir con sinceridad, «Hoy estás fantástico» o «eres una persona especial», puede despertar una sonrisa.
Pero, al comenzar este mes especial de celebración, ¿por qué no entregar el mejor regalo que has recibido? Comparte la verdad de que «la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús» (Romanos 6:23). O este versículo de Juan 1:12: «Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios». Recuérdales a otros que «de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna» (Juan 3:16).
Jesucristo es el mejor regalo. «¡Gracias a Dios por su don inefable!» (2 Corintios 9:15).
El mejor regalo se encontró en un pesebre.
Una aportación de: Cindy Hess Kasper
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