sábado, 29 de enero de 2011

LA CARRERA

La prueba del maratón es uno de los desafíos deportivos más importante de los tiempos actuales. Plantea un escenario donde participan miles de corredores provenientes de distintas partes del mundo donde cada deportista posee objetivos particulares y personales que desea alcanzar.
 Sin embargo los objetivos de superación personal son inherentes a cada participante. En muchos casos el corredor tendrá únicamente el objetivo de culminar la carrera, lo cual es un gran alcance deportivo teniendo en cuenta las distancias que se corren y la dureza que representa la prueba de maratón.
El apóstol Pablo utilizó el correr una carrera como ilustración para describir la vida cristiana. En 1 Corintios 9:24, no sólo nos desafió a correr, sino a hacerlo como para ganar. Dijo: «¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis». Pablo no sólo enseñó esta verdad, sino que la puso en práctica en su propia vida. En su última epístola, declaró: «He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe» (2 Timoteo 4:7). Después de haber completado la carrera, el apóstol gozosamente anticipaba el momento de recibir la corona de victoria de manos del Rey del cielo.
Como Pablo, corre tu carrera terrenal para ganar y para agradar a tu Rey.

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