Cuando trabajaba como agente viajero en la venta de refacciones, compre una agenda electrónica, en ese tiempo muy moderna (el los 90) me sentía bien de tenerla. Un día, limpiando el auto (traía mi agenda en el bolsillo de la camisa) al agacharme resbalo de mi bolsillo y callo en el cubo del agua y un amigo que estaba a un lado dijo "peor no podría ser"
Desde luego, ese comentario fue exagerado. Sin embargo, todos le tememos a algún tema en particular: la decadencia económica, la muerte de un hijo o de un cónyuge, el cáncer o cualquier otra pérdida o dificultad.
El libro de Job es un ejemplo de "peor no podría ser". No obstante, Job evaluó sabiamente la función de Dios en medio de las pruebas relacionadas con pérdidas y una salud quebrantada: «Mas él conoce mi camino; me probará, y saldré como oro» (Job 23:10). Esta sabia declaración nos enseña dos lecciones importantes: (1) Aquello que tememos que suceda puede ser usado para probar nuestro carácter y para fortalecernos; y (2) Dios proveerá la fortaleza y el consuelo necesarios para que salgamos adelante.
Aférrate a Dios. Él prometió obrar a tu favor, aun cuando todo se torne "peor no podría ser".
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