Los antiguos griegos y romanos rechazaron arrodillarse como parte de su culto religioso. Decían que el estar de rodillas era indigno de un hombre libre, inadecuado para la cultura de Grecia y apropiado sólo para bárbaros. Los eruditos Plutarco y Teofrasto consideraban el arrodillarse como una expresión de superstición. Aristóteles le llamo una forma brutal de comportamiento. Sin embargo, esta creencia, nunca fue aceptada por el pueblo de Dios.
En el Salmo 95:6, el salmista indicó que de rodillas se expresa una profunda reverencia por Dios. En este verso usó dos palabras hebreas diferentes para expresar lo que deberían ser la actitud y la posición del adorador. En primer lugar, él usó la palabra postrado שׁחה shácháh, es traducida por la RVA como "estár agobiado hasta el polvo". Quizá sea mejor traducir:"estár postrado hasta el polvo" que significa caer como un signo de honor al Señor, con un significado asociado de lealtad a él. El salmista, a continuación, utiliza la palabra arrodillarse ברך bárak que significa estar de rodillas dando alabanzas a Dios. Según el salmista, de rodillas en la presencia de Dios es un signo de reverencia en lugar de una forma brutal de comportamiento. Sin embargo, lo importante no es sólo nuestra posición física sino una postura humilde del corazón.
Siempre Nuestra actitud en el culto es mucho más importante que la posición de nuestro cuerpo.
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