Pablo y Bernabé, por otra parte, hacían una gran reverencia a Dios, cuando ellos se llenaron de indignación ante la idea de ser adorados (hechos 14: 14 - 15). La gente al ver al apóstol Pablo curar milagrosamente a un hombre cojo de nacimiento, los espectadores gritaban, "Dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros." A continuación, se dispusieron a ofrecer sacrificios a Pablo y Bernabé (Hch.14:11-13). Cuando los Apóstoles oyeron esto, "rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto?'" (vv.14-15). En estos relatos bíblicos contrastantes, vemos un llamamiento solemne para dar la reverencia a Dios en nuestro mundo irreverente. Él es el único que es digno de honor, Gloria y alabanza. Él es el único que merece nuestro culto.
martes, 13 de julio de 2010
A SU NOMBRE GLORIA
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