jueves, 6 de mayo de 2010

FUENTE DE ALEGRIA

Autor: David C. McCasland
Paul Gerhardt era pastor en Alemania en el siglo XVII. Vio morir a su esposa y a cuatro de sus hijos; su país sufrió la devastadora Guerra de los Treinta Años; los conflictos entre la iglesia y los políticos le angustiaban. Pero, a pesar de todo su sufrimiento, escribió más de ciento treinta himnos, muchos de ellos llenos de gozo y devoción a Jesucristo. Esta es una estrofa de:
«Santo Espíritu, Fuente de Alegría»:

Que ese amor que medida no conoce
Ahora en una lluvia cada vez mayor descienda,
Trayéndonos los más ricos tesoros
Que el hombre pueda desear o que Dios pueda enviar;
Escucha nuestra súplica ferviente,
Libera todo corazón en lucha;
Pósate sobre esta congregación
Espíritu de paz sin tribulación.

El abundante amor de Dios llena nuestros corazones por medio del Espíritu Santo (Ro. 5:5), ¿puede existir ún problema que nos prive del gozo que Él nos da? Durante un periodo de grandes tribulaciones, el apóstol Pablo escribió: «como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, aunque poseyéndolo todo» (2 Co. 6:10).
El dolor y el sufrimiento son realidades de la vida, pero el Espíritu Santo es fuente de gozo, «trayéndonos los más ricos tesoros que el hombre pueda desear o que Dios pueda enviar».

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