lunes, 31 de mayo de 2010

UN PROPÓSITO A PROPÓSITO

El libro de Rick Warren, Una Vida con Propósito, ha tenido una demanda increíble en las listas de los libros más vendidos. Su fenomenal atractivo nos recuerda que tanto los creyentes como los no creyentes tienen un profundo anhelo por un claro sentido de propósito. Todos queremos saber que nuestras vidas están involucradas en algo que vale la pena. Sin un fuerte sentido de llamado y propósito, la vida no es nada más que ajetreo rutinario.
El ser seguidores de Jesús nos da una ventaja clara cuando se trata acerca de tener un sentido de propósito. El Catecismo de Westminster lo resume bien cuando dice que el «fin principal del hombre es glorificar a Dios y disfrutarlo por siempre».
Glorificar a Dios significa poner Su carácter, Su voluntad y Sus maneras en acción en todo lo que hacemos. El apóstol Pablo nos recordó que nosotros «estamos siendo transformados en la misma imagen [de Cristo] de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu» (2 Co. 3:18). El propósito de nuestras vidas es dejar que otros vean cómo es Dios mientras observan y experimentan Su amor a través de nosotros.
¡Qué privilegio profundo es reflejar el amor, la misericordia, la gracia y la justicia de Dios a un mundo cuyo corazón está «velado» a la verdad de Dios! (4:3-4). Nuestro propósito es mostrarles a los demás menos de nosotros y más de Él. ¡Eso es vivir con un propósito a propósito!

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