Lei una nota muy simpatica en la web de Jack, un gato naranja y blanco de 7 kilogramos de peso, parese que tomó en serio su labor de cuidar el patio trasero de sus amos en Nueva Jersey. Decia que a menudo espantaba a los animalitos intrusos, pero los amos quedaron sorprendidos cuando un día lo encontraron sentado al pie de un elevado árbol, mirando hacia arriba a un oso negro.
Jack le bufó al oso cuando éste deambulaba por el patio proveniente del bosque cercano. El asustado oso rápidamente trepó al árbol. ¿Cómo es que un gran oso negro se asustó con un gatito? ¡En qué estaba pensando!
Aún más absurdos son nuestros pensamientos de preocupación y temor cuando consideramos que tenemos a un Dios poderoso y bueno que se preocupa por nosotros. Jesús les dijo a Sus discípulos: «No os preocupéis . . .» (Mt. 6:25,31,34). Dijo que no tenemos que estar temerosos o preocupados, porque nuestro Padre Celestial conoce nuestras necesidades, y Él nos valora (vv.26,32). Él está perfectamente dispuesto a satisfacer nuestras necesidades y es perfectamente capaz de hacerlo.
Cuando algo nos preocupa, ¿cuál es nuestra perspectiva? No es lo que vemos sino cómo lo vemos lo que revela nuestra actitud. Si miramos la vida a través de la lente de nuestro Dios poderoso y bueno, confiaremos en Él en vez de preocuparnos con temor. Cuando nuestra perspectiva es correcta, podemos ver a Dios y Su provisión fiel.
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