Un exitoso hombre de negocios hizo esta declaración: «Casi toda religión habla acerca de la venida de un Salvador. Cuando te miras en el espejo en las mañanas, estás mirando al Salvador. Nadie más te va a salvar sino tú mismo».
Como cristianos, no estamos de acuerdo con esa cosmovisión porque está en directa contradicción con el Evangelio. La Biblia enseña exactamente lo opuesto a tal confianza autosuficiente. El apóstol Pedro dijo de Jesús: «Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos» (Hechos 4:12).
En Romanos 4 tenemos la enseñanza directa de que es por fe, y no por lo que hacemos, que se puede establecer una relación con Dios: «Mas al que no trabaja, pero cree en aquel que justifica al impío, su fe se le cuenta por justicia» (v.5). Y leemos en Romanos 3:28: «Porque concluimos que el hombre es justificado por la fe aparte de las obras de la ley». Por ningún medio ni con dinero ni con buenas obras podemos asegurar la aceptación de parte de Dios de nuestros seres pecaminosos.
No podemos salvarnos. Podemos salvarnos sólo por medio del Hijo de Dios, Jesús, Quien vivió una vida sin pecado, murió como el perfecto sacrificio por nuestros pecados, y se levantó de la tumba.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario