SER AUTENTICO

A una empresa constructora se le ha ocurrido una idea innovadora para vender sus casas. Creen que una buena manera de hacer una casa más atractiva es tener a una familia allí cuando se muestra la propiedad. Así que contrata a actores para que representen familias felices en los hogares modelo de su compañía. Los compradores potenciales pueden hacerles preguntas acerca de la casa. Cada falsa familia, cocina, ve la televisión y juega juegos mientras los buscadores de casa deambulan por todas partes.
Puede que ese tipo de falsedad no cause daño alguno, pero piensa en la farsa de los líderes religiosos en los días de Jesús (Mt. 15:1-9). Fingían amar a Dios y piadosamente desarrollaron una larga lista de reglas que ellos y los demás habían de obedecer. Pero esto era sólo para aparentar bondad. Incluso consideraban sus reglas tan importantes como la Ley que venía directamente del Señor (vv.5-6). Jesús los llamó «hipócritas» (v. 7). Dijo que sus palabras sonaban como que honraban a Dios, pero sus corazones decían otra cosa -estaban lejos de Él (v. 8).
Ese tipo de fingimiento también continúa en las personas de hoy. Nos vemos como buenos cristianos por fuera porque vamos a la iglesia fielmente, seguimos algunas reglas de manera legalista, y usamos las palabras correctas. Decimos que amamos a Jesús, pero puede que nuestros corazones estén lejos de Él. Dios quiere que seamos auténticos.