JESÚS PERDONA TODA INIQUIDAD
Pasamos al Salmo 103, verso 3.
Dice la Biblia:
Él es quien perdona todas tus
iniquidades, el que sana todas tus dolencias.
Fíjate que hay un doble
promesa ahí; es muy importante considerar las dos cosas. Estamos en el
estudio de sanidad divina, pero, ¿por qué consideramos lo primero? Mira
bien por qué. El es quien perdona todas tus
iniquidades, no importa el pecado que sea, tú vienes al Señor a que te
perdone y si setenta veces viene el hermano arrepentido de corazón, esas mismas
veces tiene Dios que perdonarlo. Si Dios nos reclama a nosotros que
perdonemos setenta veces siete, pues mucho más El, que tiene más amor que nosotros.
Entonces se le acercó Pedro y le
dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta
siete? 22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces
siete. Mateo 18:21 y 22
JESÚS SANA TODA DOLENCIA
JESÚS SANA TODA DOLENCIA
Ahora, dice la Biblia: “El
que sana todas tus dolencias”. Si te enfermas setenta veces siete, ven al
Señor que tiene que sanarte setenta veces siete también. Es lo mismo
porque el que llevó el pecado, también llevó la enfermedad, por lo tanto, si tú
tienes fe para cuando fallas, venir al Señor y decirle, perdóname, ten fe para
cuando viene el diablo y te pone una enfermedad, decir: “Aquí estoy para que me
sanes”. Sí, porque tenemos más fe para pedir perdón por el pecado que
cometimos que para la sanidad. ¿Qué es lo que pasa? Si cuando hay un
pecado, o hay una falta, venimos al Señor y lloramos, y el Señor nos perdona
instantáneamente, ¿por qué cuando viene la enfermedad corremos para el médico?
¿Por qué entonces no vamos al Señor también? ¿No es acaso lo mismo? ES la
misma promesa.
Observa lo que dice arriba, en
el verso dos del mismo salmo. Bendice alma mía a Jehová, y no olvides
ninguno de sus beneficios, salmo 103:2. Habla: como diciéndonos, no te
olvides que el que perdona soy yo, pero tampoco olvides de que el sanador de mi
pueblo, soy yo. Sin embargo, multitud de cristianos, si pecan, se tiran
al piso a gritar delante de Dios por eso, pero y por qué cuando se enferman no
se ponen a gritar también delante de Dios y se levantan sanos dando: ¡Gloria a
Dios! Y reprenden un diablo mentiroso y traidor. Quiere decir que falta
fe.
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