viernes, 26 de agosto de 2011

SANIDAD 4 DE 4


Por:Evangelista Yiye Avila
NO TE ATEMORICES
Cuando uno peca, tranquilo viene a Dios, pero cuando se enferma, le da temor: “¿Y si me muero?”  Si te mueres te vas para el cielo con el Señor.  Da gloria a  Dios.  ¿A qué le tienes miedo si tienes a Cristo? dice la Biblia:
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo.
                                                                                          Isaías 41:10

No es que te las va a dar, es que te las dio ya.  “Yo te he dado fuerzas, Yo te ayudo”, y dice: “Yo te sostengo con la diestra de mi justicia”.  Cuando viene la enfermedad no te atemorices, piensa hay alguien que te dijo: “Yo soy tu sanador, yo quitaré toda enfermedad en medio de ti; yo soy el que sana todas tu dolencias”.  Empieza a hablar eso y repítelo, apréndete de memoria las promesas de sanidad divina.

RECIBE FE – HABLA LA PALABRA
Si hay tanta gente que se sabe de memoria muchas cosas, apréndete de memoria la Palabra de Dios, que con esa espada es que tú peleas contra el diablo.  Esa es la espada del Espíritu, dice el apóstol Pablo.  Tú tienes que tener la espada en la mano, si es que estás vestido con toda la armadura.  Hay gente, en el mismo pueblo de Dios, que sabe de memoria muchas cosas y no sabe la Palabra.  Apréndete de memoria versículos de la Biblia que son instrumentos de poder, de autoridad, de defensa para ti, rechaza los dardos de Satanás y cuando venga un síntoma, aunque sea un dolor de cabeza, estornudo, no esperes ni un minuto, empieza a hablar la Palabra inmediatamente.

Quiere decir que con la espada tú vas cortando al diablo, vas dándole por todos lados según tú hablas y repite la palabra, recibes fe, la fe viene por el oír la Palabra.  Así vas sintiendo más confianza y de momento tú dices: “Dios me sanó”, y sigues andando tranquilo.  Esa es la fe en la que tenemos que movernos los cristianos.  No te olvides que este asunto es más peligroso de lo que tú crees, porque dice la Biblia, que sin fe es imposible agradar a Dios; no dice que es difícil, dice: “ es imposible”.  Porque en el momento en que tú empiezas a llenarte de temor y a titubear, tú estás dudando de la veracidad de Dios.  Tú estás dudando de la sinceridad de Dios y del poder de Dios y declarando: “A lo mejor Dios puede fallar y Dios a lo mejor puede mentir, o a lo mejor no me sana, o a lo mejor me deja enfermo, o a lo mejor me muero”. El Señor que está al lado tuyo, El, que está ahí bien cerca de ti, qué triste se pone al ver que tú dudas de El.  El es el sanador de su pueblo.

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6


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