NO TE ATEMORICES
Cuando uno peca, tranquilo viene a Dios, pero cuando se
enferma, le da temor: “¿Y si me muero?” Si te mueres te vas para el cielo
con el Señor. Da gloria a Dios. ¿A qué le tienes miedo si
tienes a Cristo? dice la Biblia:
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo
soy tu Dios que te esfuerzo.
Isaías 41:10
Isaías 41:10
No es que te las va a dar, es que te las dio ya. “Yo
te he dado fuerzas, Yo te ayudo”, y dice: “Yo te sostengo con la diestra de mi
justicia”. Cuando viene la enfermedad no te atemorices, piensa hay
alguien que te dijo: “Yo soy tu sanador, yo quitaré toda enfermedad en medio de
ti; yo soy el que sana todas tu dolencias”. Empieza a hablar eso y
repítelo, apréndete de memoria las promesas de sanidad divina.
RECIBE FE – HABLA LA PALABRA
RECIBE FE – HABLA LA PALABRA
Si hay tanta gente que se sabe de memoria muchas cosas,
apréndete de memoria la Palabra de Dios, que con esa espada es que tú peleas
contra el diablo. Esa es la espada del Espíritu, dice el apóstol
Pablo. Tú tienes que tener la espada en la mano, si es que estás vestido
con toda la armadura. Hay gente, en el mismo pueblo de Dios, que sabe de
memoria muchas cosas y no sabe la Palabra. Apréndete de memoria
versículos de la Biblia que son instrumentos de poder, de autoridad, de defensa
para ti, rechaza los dardos de Satanás y cuando venga un síntoma, aunque sea un
dolor de cabeza, estornudo, no esperes ni un minuto, empieza a hablar la
Palabra inmediatamente.
Quiere decir que con la espada tú vas cortando al diablo,
vas dándole por todos lados según tú hablas y repite la palabra, recibes fe, la
fe viene por el oír la Palabra. Así vas sintiendo más confianza y de
momento tú dices: “Dios me sanó”, y sigues andando tranquilo. Esa es la
fe en la que tenemos que movernos los cristianos. No te olvides que este
asunto es más peligroso de lo que tú crees, porque dice la Biblia, que sin fe
es imposible agradar a Dios; no dice que es difícil, dice: “ es
imposible”. Porque en el momento en que tú empiezas a llenarte de temor y
a titubear, tú estás dudando de la veracidad de Dios. Tú estás dudando de
la sinceridad de Dios y del poder de Dios y declarando: “A lo mejor Dios puede
fallar y Dios a lo mejor puede mentir, o a lo mejor no me sana, o a lo mejor me
deja enfermo, o a lo mejor me muero”. El Señor que está al lado tuyo, El, que
está ahí bien cerca de ti, qué triste se pone al ver que tú dudas de El.
El es el sanador de su pueblo.
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario
que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que
le buscan. Hebreos 11:6
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