Vivimos en un mundo orientado a la acción, ¡y así, parece que simplificar nuestras vidas jamás ha sido más complicado! ¿No parece que siempre hay trabajo por hacer y nada de tiempo para descansar? Contesta las siguientes preguntas con la mayor honestidad que puedas para determinar si necesitas descansar:- ¿Me siento estresado al realizar mis actividades cotidianas normales?
- ¿Me es difícil encontrar alegría?
- ¿Tengo el tipo de descanso que mi cuerpo necesita?
- ¿Me despierto cansado?
En la creación, Dios estableció un patrón de trabajo y descanso, el cual es un modelo para los creyentes. Por seis días Dios trabajó para traer orden a nuestro mundo. Pero en el séptimo, después de haber terminado toda Su actividad creativa, descansó. Dios demostró que el descanso es apropiado y correcto.
Jesús nos mostró la importancia del descanso cuando se sentó cansado junto a un pozo después de una larga caminata (Juan 4:6) y cuando se durmió en la parte de atrás de una barca con Su cabeza sobre una almohada (Marcos 4:38). También descansó cuando Él y Sus discípulos se alejaban de las multitudes (Marcos 6:31-32).
Si el Señor descansó de la obra de la creación y de Su ministerio terrenal, nosotros también necesitamos descansar de nuestro trabajo. Nuestros momentos de descanso nos refrescan para los momentos de servicio. Programa algo de tiempo para « bajar la velocidad» esta semana.

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