lunes, 29 de marzo de 2010

NO HABRÁ LAGRIMAS EN EL CIELO

En 1991, el afamado guitarrista britanico Eric Clapton quedo devastado por el dolor cuando su hijo de cuatro años, Conor, murio como resultado de una caida de la ventana de un apartamento. Buscando un escape para su dolor, Clapton escribio tal vez su mas conmovedora balada: Tears in Heaven (Lagrimas en el cielo). Parece que cada nota tiene un sentido enorme de dolor y perdida que solo puede entender una persona  que haya perdido  un hijo o a sus padres.
Años mas tarde, sin embargo, Clapton dijo sorprendentemente en una entrevista por television, «En un sentido, ni siquiera era una cancion triste. Era una cancion de fe. Cuando dice que no habra mas lagrimas en el cielo, creo que es una cancion de optimismo de reencuentro».

La idea de un reencuentro celestial es efectivamente poderosa. Para todos aquellos que hayan confiado en Jesucristo para su salvacion, existe la esperanza de que nos reencontraremos por siempre en un lugar donde «El enjugara toda lagrima de nuestros ojos, y ya no habra muerte, ni habra mas duelo, ni clamor, ni dolor» (Apocalipsis 21:4). Y, mas que nada, es un lugar donde «veremos Su rostro» y estaremos con Cristo mismo para siempre (Ap.22:4).

En nuestros momentos de perdida y dolor, de lagrimas y sufrimiento, ¡¿no es consolador saber que Cristo ha comprado para nosotros un hogar celestial donde ya no habra mas lagrimas?!

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