Durante una larga espera en la parada del autobús en la ciudad de Guadalajara, note que una tienda en la acera del frente atraia a mas personas que ninguna otra. Durante varios minutos, un torrente continuo de clientes se acercaban con papeletas en la mano, hacían cola, compraban, y se iban rapidamente. Todos parecian saber exactamente lo que querian.
El prospero negocio era una oficina de pronósticos y de la loteria. Aun cuando la probabilidad de ganar el gran gordo (75 millones de pesos) era de 1 en varios millones, las personas parecian verse obligadas a gastar algo y, casi en todos los casos, obtener nada. Parecia ser un cuadro vivido de nuestra perdurable busqueda de satisfaccion y seguridad en las cosas materiales.
Cuando Dios cuestiono a Su pueblo por medio del profeta Isaias, le pregunto por que gastaba su dinero en cosas que ni lo alimentaba ni lo satisfacia. El Señor invito a aquellos que no contaban con recursos: «venid, comprad vino y leche sin dinero y sin costo alguno . . . y se deleitara vuestra alma en la abundancia. Inclinad vuestro oido y venid a mi» (Isaias 55:1-3).
Dios ofrece darnos lo que no podemos comprar - misericordia, perdon, y una vida cambiada infundida con Su presencia. Nos invita: «Buscad al Señor mientras puede ser hallado» (Isaias 55:6).
Por la gracia de Dios, podemos recibir libremente algo, por nada, es como sacarse la lotería sin comprar boleto.
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