martes, 23 de marzo de 2010

¿SOMOS INSTRUMENTOS DE BENDICIÓN?



Un hombre se sienta bajo la sombra  de la marquesina en la salida de un banco día tras día, mendigando. Es pobre y está desesperado por algo de efectivo para gastarlo en alimento.
No está solo. Más de la mitad de la población del mundo vive por debajo de la línea internacionalmente definida de pobreza de menos de $2.00 al día. La pobreza y el hambre son un problema tan grande en nuestro mundo que nos es fácil sentirnos impotentes o que nuestro corazón se endurezca y no hagamos nada al respecto.
Pero Dios no cierra los ojos a las dificultades de los pobres. Cuando le dio a Su pueblo pautas para vivir, incluyo instrucciones en cuanto a maneras para cuidar de los necesitados (Deuteronomio 15:11). Le dijo a Su pueblo, «No endurecerás tu corazón, ni cerraras tu mano a tu hermano pobre, sino que le abrirás libremente tu mano, y con generosidad le prestaras lo que le haga falta para cubrir sus necesidades» (vv.7-8).

Dios también mando a Su pueblo que no cosechara de los extremos de sus campos para que los menos afortunados pudieran recoger alimento (Levítico 19:9-10). Y Jesús mostro Su compasión por los pobres por medio de Sus palabras y acciones.
Como cristianos, no podemos ignorar las dificultades de los pobres hoy. Los individuos y las iglesias pueden unirse a las organizaciones cristianas que trabajan para combatir la pobreza mientras difunden la Palabra.
 Dios tiene compasión de los pobres. ¿Y nosotros? 

1 comentario:

Noemi dijo...

bendiiones desde mi blog
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