Un día, caminando por los terrenos de la Universidad Autonoma de Nayarit, un profesor de
Alguna Facultad se encontró con un Estudiante que estaba leyendo la Biblia durante la hora del almuerzo. El profesor le preguntó qué estaba leyendo. «Apocalipsis», dijo el Joven Estudiante. «Estoy seguro que usted no entiende lo que ese libro quiere decir», dijo el profesor de manera condescendiente. «De hecho, sí», respondió el estudiante. «Significa que Jesús gana».
Al enfrentar los desafíos de la vida, es importante recordar que al final, ¡Dios siempre gana! Y ya que Sus planes siempre se encuentran en la senda de la victoria, es infinitamente más sabio unirse a Su voluntad en vez de ir contra ella.
En la historia de Rut, Dios estableció providencialmente el escenario para que Booz rescatara a Rut y a Noemí de una vida de pobreza y de la vergüenza de no tener un heredero. Rut podría haberse vuelto amargada por su condición de joven viuda, y Booz pudo haber pensado que, como extranjera, ella no merecía que él le dedicara su tiempo. Pero ambos reconocieron la mano de Dios en las circunstancias de su vida y se unieron a Su plan para satisfacer las necesidades de ella. Lo mejor es que su historia no termina allí. La salvación del mundo estaba aún por venir por medio de sus descendientes —primero David y luego Jesús (Mateo 1:5–16).
Podemos competir con el plan de Dios y seguir adelante con nuestra propia agenda. O podemos unirnos al plan de Dios y ser parte del lado ganador. La elección es nuestra.
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