domingo, 20 de diciembre de 2009

La oración de un anciano




¿Has escuchado la historia acerca del hombre de 85 años que fue arrestado por orar?
Probablemente sí. Es la historia de Daniel, un anciano judío en Babilonia que fue sentenciado a muerte por hablar con Dios fielmente (Daniel 6).
Aunque la conversación más famosa de Daniel con Dios fue oración que hizo que fuese arrojado a la fosa de los leones (Daniel 6:11), esta no es la única vez que lo vemos en oración.
En Daniel 9:3-19 leemos un ejemplo de cómo oraba este profeta. Él había estado leyendo en su rollo de Jeremías que el cautiverio de su pueblo duraría 70 años, y el pueblo llevaba 67 años en el exilio (Jeremías  25:8-11). Daniel estaba ansioso porque éste llegara a su fin.
Dios había llamado a Su pueblo a llevar una vida recta, pero ellos no lo estaban haciendo. Daniel decidió llevar una vida recta a pesar de la falta de fe de los judíos. Comenzó a orar para que Dios no demorara el fin del cautiverio.
Mientras oraba, Daniel se centró en la adoración y la confesión. Su patrón de oración nos da una importante y profunda comprensión de la conversación con Dios. Hemos de reconocer que Dios es «grande y temible» (Daniel 9:4) y que «hemos pecado » (Daniel 9:15). En oración, alabamos y confesamos.
Sigamos la guía de Daniel. Para él, la oración era tan vital como la vida misma

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