
La reflexión en estas palabras nos puede ayudar a tomar un «momento de Selah» para hacer una pausa y adorar a Dios durante el día.
Estemos en silencio y escuchemos la voz de Dios (Salmo 46:10).
Hagamos una pausa en nuestro agitado horario para darle refrigerio a nuestro espíritu (Salmo 42:1-2).
Interrumpamos el día para hacer un inventario espiritual y pedir limpieza del alma (Salmo 51:1-10).
Acentuemos el gozo de la provisión de Dios por medio de la acción de gracias (Salmo 65:9-13).
Exaltemos el nombre de Dios por la oración contestada a pesar de la decepción (Salmo 40:1-3).
Pongámosle fin al día reflexionando en la fidelidad del Señor (Salmo 119:148).
La reflexión de David en Dios incluía un momento de Selah. Seguir su ejemplo nos ayudará a adorar a nuestro Dios a lo largo de todo el día.
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