Cada año son más las personas que en esta temporada de Navidad se deprimen y encuentran tristes, que enfrentan dolor y pérdida. El énfasis que la gente hace en estas fiestas es la felicidad y el buen ánimo y a menudo hace que las personas que están lidiando con el sufrimiento se sientan incluso peor.
Un artículo en la Web citó a un pastor que describió el servicio de Navidad como «una oportunidad para que las personas vengan y estén en la presencia de Dios y reconozcan su dolor, desesperación y soledad, y se los entreguen a Dios». Un participante añadió: «Y es un buen lugar para llorar sin que nadie se sienta incómodo por ello».
Durante la temporada de Navidad, a menudo leemos las profecías de Isaías sobre el Mesías venidero que nacería de una virgen (Is. 7:14) y a quien se le llamaría «Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz» (Is.9:6). Pero tal vez debamos también incluir las palabras de Isaías 53: «Varón de dolores, experimentado en quebranto. . . Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores. . . Y por Su llaga fuimos nosotros curados» (Is.53: 3-5). El salmista nos recuerda que «[El Señor] sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas» (Sal. 147:3).
Si estás sufriendo esta Navidad, recuerda: Jesús vino a salvarnos, ayudarnos y sanarnos.
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