viernes, 22 de enero de 2010

SEAMOS AGRADECIDOS




Se cuenta la historia de una vendedora que vendía tamales a 5 pesos cada uno en la  esquina de una calle. Un corredor pasó corriendo y lanzó una moneda de 5 pesos dentro de la cajita del dinero pero no tomó tamal alguno. Hizo lo mismo cada día durante meses. Un día, cuando el corredor estaba pasando, la vendedora  lo detuvo. El corredor preguntó: «Probablemente quiere usted saber por qué siempre echo dinero pero nunca tomo un tamal, ¿cierto?». «No» -dijo la vendedora- «sólo quería decirle que los tamales han subido a 6 pesos».
Demasiado a menudo, como creyentes, tratamos a Dios con ese mismo tipo de actitud. No sólo somos desagradecidos por lo que Él nos ha dado, sino que queremos más. De alguna manera creemos que Dios nos debe buena salud, una vida cómoda, bendiciones materiales. Por supuesto, Dios no nos debe nada, pero nos lo da todo.
El Salmista dijo: «Este es el día que el SEÑOR ha hecho; regocijémonos y alegrémonos en él» (Sal. 118:24).
Cada día, sea bueno o malo, es un regalo más de nuestro Dios. Nuestra respuesta agradecida debe ser vivir para agradarle. <  que estamos recibiendo un reino inconmovible,  seamos agradecidos.  Inspirados por esta gratitud,  adoremos a Dios como a él le agrada,  con temor reverente>> (Heb 12:28)

No hay comentarios.: